viernes, 3 de julio de 2009

Juventud, velocidad y educación

A veces inadvertidos por las instituciones y por sus propias familias, a veces sobreexpuestos a los dispositivos de consumo masivo, los jóvenes construyen su manera particular de ser y estar en el mundo.
El vibrar de la música vivida como esencial, el flash fugaz de los medios; la impronta veloz e instantánea de las tecnologías informáticas, la imagen como ícono omnipresente que tiende a eclipsar a la palabra escrita, las emociones y el “vivir hoy” frente a la idea de futuro, y el grupo de amigos como refugio de sociabilidad compartida, son algunas de las vivencias que confieren sentido a sus días.
Los jóvenes no son simples receptores de procesos de inculcación, sino actores que se reapropian de la cultura. Ante esto, yo me pregunto: ¿Qué lugar está ocupando el sistema educativo? ¿Pueden la educación proveer algún anclaje para recuperar estos senderos inconclusos, y construir desde allí?

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